Algo más que un viaje
Al final lo hemos conseguido. Todo ese afecto que nos hemos
mostrado y los buenos recuerdos que tenemos nos han reunido en Granada.
De izquierda a derecha: el Secretario de la Facultad que nos recibió y nos enseñó las instalaciones, Montagut, París, Morales, Sogorb, Angulo, Arribas, Antolín, Santamaría, Marcos, Castro, Trepat, Gras, Peire, Miguel Ángel Delgado y Pedro G. Garrido. Julián Borrego y Antonio España llegaron un rato después, pero no os preocupéis que los veréis en otras fotos.
Los anfitriones, Marcos Gutiérrez, Javier Santamaría y
Miguel Ángel Delgado (miembro honorífico de la 7), lo han hecho posible. Un
poco más que posible ¡maravilloso!
Y por supuesto nuestras compañeras, que no solo nos soportan a diario. Además, nos han soportado a todos juntos. Eso es para nota. Gracias, Alba, Carmen, Conchi, Gloria, Isabel, Leles, Lola, Maricarmen, Paqui, Pilar, Pilar, Pilar, Rosario. Por cierto, felicidades a las Pilares.
A última hora justificaron el no poder estar Javier Jiménez, Paco Sánchez y Emilio Lahoz. Pero no hay que preocuparse todos están bien. Creo que Javier está en Vietnam y Emilio Lahoz nos envió esta foto con su hija. Está justificado. Paco Sánchez, está en algo parecido a lo de Emilio. También Jose Castillo no envió un abrazo desde la puerta de su nueva clínica.
Desde la Facultad subimos al Albaicín, callejeamos, fuimos al mirador de San Nicolás y desde allí fuimos a cenar. Mirar dónde cenamos ¡Qué locura! Una imagen para guardar toda la vida. No pudo ser más bonito.
Risas, recuerdos y proyectos. Al final, callejeando por el Albaicín y la orilla del río Darro, volvimos al hotel con los ojos llenos de imágenes y más contentos que unas pascuas.
Por designación directa de
Marcos, Antolín dio la réplica a la bienvenida del secretario de la Facultad de
Granada.
Habiendo
como hay entre los presentes profesores, catedráticos y un decano de esta
Facultad, no parece que sea yo el más indicado para hablar. Pero a mí me lo
mandado Marcos y donde hay capitán no manda marinero y yo aquí soy el grumete y
obedezco.
En
primer lugar, lo que tenemos que hacer es agradecer a la Facultad que nos haya
recibido y haya facilitado que este sea el lugar en el que nos encontremos.
Porque las universidades además de ser los lugares del conocimiento también
tienen la función de lugar de encuentro y esa es una noble función. Porque,
aunque nosotros no estudiamos en Facultad, ser universitario era nuestra
vocación y fue nuestra lucha, convencidos de que nuestros conocimientos valían
tanto como el de los demás licenciados. Y haber ganado ese derecho a formar
parte de la Universidad es para nosotros un orgullo. Luchamos por ello y nos
merecemos ese reconocimiento.
También
tiene sentido venir a esta Faculta a reunirnos, porque fue nuestra época de
estudiantes la que nos unió para siempre. Muchos de nosotros estudiamos esta
carrera en contra de la opinión de nuestra familia y asumiendo un tonillo un
poco despectivo de aquellos que estudiaban carreras “serias”. Ese empeño
nuestro tal vez sea uno de los rasgos comunes de todos nosotros, algo que nos
unió y que puede ser el empaste que hace que nuestra amistad dure tanto. Por
eso tenemos apego a las actuales Facultades, que las consideramos como nuestras
y que son los lugares donde aprendimos a amar todavía más lo que ya amábamos,
la educación física y el deporte.
Y,
por último, hemos querido venir a una Facultad a encontrarnos porque queremos,
ante quienes están todavía en la tarea de enseñar y aprender, dar testimonio de
la honda huella que deja en el ser humano, relacionarse uniendo la vivencia
corporal, la emoción y el estudio. La mayoría de nosotros ya estamos jubilados
y lo que sabemos de educación física y deporte lo damos gratis. Ahora que estamos
ajenos al currículo, a los resultados, los horarios y los rendimientos, la
educación física es para nosotros una emoción que se manifiesta en cómo somos,
en nuestros gestos y actitudes. Atesoro entre nuestros recuerdos comunes
recientes, cuando el año pasado, en el acto del cincuenta aniversario, el
Rector de la Politécnica de Madrid, dijo,
“Presido
muchos actos como este, pero nunca he visto a ningún grupo, abrazarse como os
abrazáis vosotros”. Esa es la huella que nos ha dejado nuestra profesión y
de la que queremos dar testimonio. Y para ello queremos hacer donación del
libro que hemos hecho entre todos y en el que se relata nuestro avatar humano y
profesional. Muchas gracias.
Dejo un par de días y hago la crónica de la segunda jornada. Visita a la Alhambra, comida en los jardines del Generalife, callejeo-orientación y cena y karaoke ¿?
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