“Vamos que nos vamos”
En septiembre de 1973 sonaban en las
radios y los casetes el grupo Fórmula V con su “Eva María” que mientras buscaba
el sol en la playa, rivalizaba en las listas por alcanzar el número uno con “Y
Viva España” de Manolo Escobar y el “América, América” del inolvidable Nino
Bravo.
Durante ese mes y todo el otoño,
en el mundo y en España se sucedían los acontecimientos: Pinochet daba un golpe
de estado en Chile, el Watergate seguía su curso, se estrenaba la película “El
Golpe” en Nueva York y, el veinte de diciembre, Carrero Blanco volaba por los
aires a la altura del nº 104 de la calle Claudio Coello. Las estelas del “Mayo
del 68”, el movimiento Hippie… se iban
filtrando con retardo por las grietas que se
iban abriendo en la Dictadura y una nueva generación de en España comenzaba a
exigir cambios. En ese estado de cosas, con “Eva María” como música de fondo,
un grupo de jóvenes procedentes de diferentes partes aterrizábamos en la
Residencia del INEF, era la séptima promoción.
Con la perspectiva que da el paso del
tiempo y la experiencia que la vida te va dando, he reflexionado en bastantes
ocasiones acerca de lo singular de aquel grupo, de su irreverencia e
ingenuidad, de su originalidad y enorme fuerza al mismo tiempo. Me he preguntado
si era la casualidad la que explicaba la coincidencia en un mismo espacio y
tiempo de unas personalidades tan peculiares, o bien, el hecho de decidir
estudiar para ser “profesor de gimnasia” llevaba implícito una forma de ser
diferente. Quizás, el verse obligado a responder al “es una pena, tú podrías
estudiar algo serio” imprimía algo de revolucionario en nuestra decisión.