Crónica de una escalada
A principios de 1977, nuestros compañeros Rasueros, Gras e Iñaqui Eceiza nos convocaron para hacer un relato de como había sido la escalada de Esteban Vicente en solitario al Naranjo de Bulnes, con ellos como equipo de apoyo.
Eso es lo que hoy quiero recordar al hilo de la
documentación que me ha enviado Fernández Truan y ha completado Jaume Miró Peiró.
La escalada había tenido bastante repercusión porque aún estaba caliente la mediática escalada de las cordadas de Cesar Pérez de Tudela, José Ángel Lucas y Gervasio Lastra … que había generado alguna crítica, por el soporte mediático a una actividad tan alejada de los focos de la fama,
“Hubo aficionados que contemplaron lo ocurrido con
desagrado, igual que si se hubiese montado un frívolo número circense en lo más
sagrado de los Picos de Europa (El Correo febrero de 2020)”
Esto no es una investigación, por eso no he buscado en las
hemerotecas, solo me refiero al recuerdo y, de todas maneras, ahí están
nuestros compañeros que lo saben todo de aquel momento. Solo recordar que en la
polémica mediática entró D. José María Cagigal (se arrepintió por lo que
suponía exponerse a un sensacionalismo ajeno a su reflexión), y lo hizo, como siempre, defendiendo a sus
alumnos, encontrando argumentos en el juego, lejos de la mercantilización del
deporte y el riesgo como comportamientos propios del ejercicio de la libertad.
Recuerdo aquella sesión de diapositivas, tengo en la memoria
difusa algunas imágenes de esperas y celebraciones en un bar de Arenas de
Cabrales¿? En cualquier caso, aquello forma parte de la historia del alpinismo
y aún deja en internet rastros de lo que se hizo y de la polémica que suscitó.
Ahí va el relato. (Naranjo
De Bulnes. Un Siglo De Escaladas. Isidoro Rodríguez Cubillas. Desnivel).
El 24 de diciembre de
1976, un solitario escalador arriba a la cima del Naranjo de Bulnes después de
haber completado en invierno y en dos jornadas consecutivas la vía
Rabadá-Navarro de la cara oeste. Se trata de Esteban Vicente Jiménez, de
veintitrés años, estudiante de INEF y excelente deportista. Este piragüista de
Salamanca que hasta los dieciséis o diecisiete años había vivido en Soria donde
cuidaba ovejas y cabras en el monte, había llegado a la Vega de Urriellu
acompañado de cinco compañeros de estudios, que eran prácticamente neófitos en
la montaña y que llevaban un equipo poco adecuado para las condiciones
invernales de unos Picos de Europa por entonces bastante cargados de nieve.
Avanzando lentamente,
con las postreras luces del día llega al Anfiteatro de los Tiros de la Torca a
las seis y media de la tarde, y para instalar el vivac tiene que tallar una
repisa en el vítreo hielo, pues toda la pendiente está cubierta de hielo y
nieve. Ha estado todo el día sin probar bocado y sin beber nada, absolutamente
concentrado y absorto en la tarea de progresar metro a metro con seguridad…
Al día siguiente
continúa la escalada después de haber arrojado la mayor parte de su equipo
(saco, comida, tienda en pared, hornillo, cantimplora, varios clavos y
mosquetones, una cuerda, etcétera) pues tiene claro que así subirá con mayor
rapidez y porque no le va a hacer ninguna falta. A las cuatro y media de la
tarde alcanza la más que nunca solitaria cima del Naranjo, después de unas
diecisiete horas efectivas de escalada, y como el mismo confiesa, sin apenas
cansarse. El descenso peligroso por la nieve acumulada en el Anfiteatro de la
cara Sur…,
La polémica, como
siempre que se produce algún hecho destacable en el Naranjo estaba servida.
Ciertos medios de comunicación difundieron rápidamente la noticia maximizando
esta ascensión y minimizando así la primera escalada invernal lograda unos años
antes. En muy contados casos se trató la misma con la necesaria e imparcial
mesura. Algunos mostraron su incredulidad y no admitieron el hecho de esta
escalada en solitario por considerarlo completamente imposible; esgrimiendo
además la poca experiencia alpina de Esteban Vicente y su grupo de apoyo en
este tipo de actividades.
El relato completo está en http://cuarzofeldespatoymica.blogspot.com/2009/03/esteban-vicente-jimenez.html
Aunque parezca mentira, casi cincuenta años después, cada
vez que se nombra esa escalada en algún foro, reaparece la polémica que
entonces se suscitó. Doy algún ejemplo,
Por Alberto
Dom Ene 04, 2004
Lo que tengo que decir
al respecto es que no pongo en duda para nada sus facultades físicas que dejó
claramente demostradas, pero recuerdo que su escalada invernal en aquél
entonces no tuvo ninguna comparación con las hechas por Berrio, Ortiz, Lastra y
Arrabal donde las condiciones climatológicas fueron sumamente adversas. Indudablemente,
con ello no quiero desmerecer esa escalada que está claro hay que quitarse el
sombrero.
Por Perkeo.
Sab Nov 21, 2015
Dudar del mérito de la
“primera invernal” en solitario de la oeste del picu, es envidia. Saludos a la
buena gente de la montaña
Al lado de los que vivíamos la educación física y el deporte
en su vertiente pedagógica o deportiva. Teníamos unos compañeros que integraron
en su vida la aventura, la imaginación, el riesgo y el hedonismo de estar
siempre en contacto con la naturaleza. No los nombro por si me dejo alguno que
se sienta en ese grupo. También aprendimos de ellos. Y tal vez debimos aprender
más.
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