Rafael Arribas. Cuentos de Durante

 Disección de un suceso

Hablando con Alberto Vera, en el barrio de Vegueta en Las Palmas, apareció, quien sabe por qué retruécano de la memoria, la huelga que hicimos al empezar segundo curso porque a un compañero no lo habían dejado matricularse. Yo me acordaba del suceso, pero no por quien la hicimos. El defendía que fue por Rafa Arribas. Algo no me encajaba en la memoria y le pregunté.

 El relato de Rafa.

Sí, fui yo. Me había ido a Inglaterra a estudiar inglés con mis hermanos y a la vuelta mi padre no tuvo la precaución de comprar el billete del ferry con antelación (eran otros tiempos), y nos tocó esperar tres días en Southampton. 

Eso supuso llegar un día tarde a la matrícula, recordarás que teníamos que traer un montón de papeles de las delegaciones administrativas de nuestra provincia, yo lo tenía todo entregado, solo había que firmar. Pero llegamos un día tarde y Beorlegui dijo que no y, Cagigal, por no desautorizarlo, también dijo que no. Y me quedé en la calle un año.

La verdad una putada, pero como hay que hacer de la necesidad virtud, y como mi padre se iba a USA de profesor a la Universidad de Wisconsin, allí que me fui. Tomé varias asignaturas de Phisical Education que en España no me sirvieron, pero a mí me vinieron de maravilla. Y al año siguiente continué, pero con la siguiente promoción.

Y esa es la historia. Supe que vosotros me ayudasteis montando una manifestación, que por lo que se vio, no sirvió de nada. Pero que agradecí sinceramente. 

Rastros del suceso en la clase de Expresión Dinámica

Votación a mano alzada. aunque dudo que sea de una asamblea

Segundo curso se manifiesta en apoyo a alumno que ha llegado tarde a matricularse y no le han permitido seguir los estudios. Se reúne en asamblea para argumentar razones que exponer a la dirección. Se suceden parlamentos con el director y el secretario de la institución y, después de cuatro días de paro, volvemos a las clases, pero mantenemos una concentración diaria en el vestíbulo del centro para manifestar nuestra disconformidad con la decisión. La dirección se empecina en no arreglar el problema, pero nosotros hemos creado un vínculo que incluye la capacidad de luchar por lo que creemos que es justo y lo vamos a desarrollar.

Luciano, el profesor de la asignatura, teoriza,

—Es evidente que es una rebelión contra la autoridad. Esta actitud de rebelión es muy positiva, y puede dar lugar a cambios, aunque la protesta no se llevó hasta el extremo. Y en la autoridad hubo miedo a trasgredir la norma.

—Agotamos los recursos para que entrara nuestro compañero, Pero no es fácil combatir a una autoridad paternalista, que nos tiene en sus manos con subvenciones.

—Pues sin desligarse de la autoridad no hay lucha posible.

Reconocemos que los motivos eran muy emocionales y que vivimos muy bien en este centro, estamos mimados, es como si quisieran comprar nuestra docilidad y hemos queridos enseñar los dientes. Todos hemos estado de acuerdo en levantar el pulso, aunque algunos pensaron que este no era un buen motivo. En un primer momento lidera la protesta un amigo del alumno que no se ha podido matricular, pero no tarda en proponer el fin de la protesta. Entonces el grupo no quiere dar su brazo a torcer y toma las riendas del movimiento una coordinadora organizada con recursos asamblearios. Elección de la mesa coordinadora en cada reunión y decisiones tomadas por votación a mano alzada. 

Una reflexión posterior

En un grupo que debatimos sobre educación, hoy hablamos de los días de paro. Ya sabemos que además de defender algo tan humano como el problema que podría perjudicar la vida de nuestro amigo, hemos aprendido que somos capaces de luchar. También intuimos que nos han utilizado ¿Quién? Es agua pasada. Cotilleamos sobre las reacciones de los compañeros. Los que desaparecieron en cuanto la protesta tomó un cariz político, cuando Muro aprovechó las reuniones para ensayar unos discursos llenos de proletariado, camaradas y opresión que no venían al caso. Parecía un ensayo teatral, arengas con subidas y bajadas de la voz. ¿Y los discursos de Castaño sin levantar el culo de la silla? Lo mejor la discreta retirada de Rojo, el policía, escandalizado por lo pardillos que somos. Yo creo que prefería no verlo. Debe ser duro estar en el lado contrario de quienes luego comparten contigo la llave de judo, el juego infantil o la disputa deportiva.

Viene Luis, que durante el conflicto no apareció.

—Con esas razones, en estos tiempos que corren, no puedes arriesgarte. Las reuniones están prohibidas. Alguien llama a la policía y nos detienen. Algunos ya estamos fichados y, por esa tontería vamos a la cárcel. No me jodas.

Nos confirma que Muro ha pedido la afiliación al Partido Comunista. Descifra otras claves, como la tensión entre el vasco del PNV y el abertzale ¿Cómo se habrá colado un abertzale aquí? ¿Socialistas? El partido no ha existido durante el franquismo, pero muchos sois socialistas, aunque no lo sepáis. Los que hablan de autodeterminación, pero en realidad hablan de independencia, pero se lo callan porque ahora necesitan a los comunistas y estos son intransigentes con la independencia, que les parece burguesa y no obrera. Y el anarquista, Castaño, anarquista perfecto, de manual.

—Y aquellos que no están de acuerdo con que hayamos parado las clases, pero no se atreven a decirlo. Ese tan gracioso, que con sus bromas interrumpen las asambleas. Está nervioso porque dice que él ha venido aquí a estudiar y no a protestar.

Según pasan los días tenemos la sensación de que hemos estado entre intereses y que alguien observaba nuestra capacidad y nuestra determinación. Como si alguien azuzara la protesta por motivos ajenos al afecto que nos unía a nuestro compañero.

Bueno, no ha sido tan inútil esta algarada. Un ensayo general con todo.

 

 Rafa Arribas. Apuntes de la asignatura Expresión Dinámica y Diario personal.

 

 ATENCIÓN. Se ruega a los que sepan lo que ocurrió en el momento de esa foto de las manos levantadas que den su versión en los comentarios de este blog. Necesito los nombres también.