miércoles, 17 de agosto de 2022

Guillermo Contreras. De hombres y mujeres

La educación de la ternura en los campos deportivos. 

La cadena SER de Córdoba publica todos los días una “firma de opinión”. Desde hace unos años formo parte de ese equipo de “opinadores y opinadoras”. El año pasado, en el mes de noviembre, publiqué el texto que adjunto y que podréis escuchar en el audio de Radio Córdoba, la emisora local de la cadena que se activa en este enlace: https://play.cadenaser.com/audio/1636370240_927069/

El relato de esta firma de opinión es un suceso verídico, que me ocurrió hace ya mucho tiempo, que aproveché para elaborar una conferencia a la que titulé “La educación de la ternura y otras emociones complejas en los campos y pistas deportivas”, un título muy pretencioso, pero con el que pretendía llamar la atención.

Os cuento esto porque esa firma de opinión resume muy bien mi posición en el mundo de la educación física y deportiva. Siempre he mirado de forma crítica algunos fenómenos deportivos que la mayoría observan como algo natural: el culto al ídolo, la penetración de la publicidad en el deporte, la profesionalización extrema que lleva a los deportistas y las deportistas de alto nivel a sobrecargar su cuerpo con esfuerzos inhumanos, los salarios obscenos, los contratos publicitarios estratosféricos, la utilización ideológica del deporte profesional,… Bueno, no quiero cansar, leed la columna (o escuchad el audio) si no tenéis nada mejor que hacer y ya seguiremos hablando o escribiendo del tema…

Besos… Guillermo Contreras.

 OJALÁ.

Hace unos días, me encontraba paseando por los alrededores del estadio municipal El Arcángel oyendo en un dispositivo digital un concierto del cantante cubano Silvio Rodríguez grabado en directo. En una de las canciones, el autor se callaba para que se pudiera oír al auditorio del concierto que coreaba el estribillo de la canción, un estribillo estremecedor que entre otras cosas dice “Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan, para que no las puedas convertir en cristal”. El coro de voces que emanaba del auditorio era mayoritariamente femenino. Lo subrayo, era mayoritariamente femenino.

De pronto, en el interior del estadio, en el que se celebraba alguna competición, tuvo que pasar algo muy importante, porque se oyó un auténtico griterío acompañado de aplausos y fuertes silbidos y se alzó un coro de voces masculinas, lo subrayo, un coro de voces masculinas, cantando una canción cuya letra decía “Oé, oé, oé, oé…Oé, oé…”.

Qué contraste, ¿verdad?

Debería hacernos reflexionar sobre las diferencias entre el patrimonio emocional de los hombres y de las mujeres. Yo en todo caso y como corean las mujeres en las concentraciones feministas: Si vuelve la edad media, estoy del lado de las brujas…

25 de noviembre 2021, día internacional de la Eliminación de la violencia contra las mujeres.

¡Qué diferente hubiera sido el INEF si hubiera sido mixto!


 

 

 

 

 

 

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